lunes, 8 de julio de 2013

The Front Line


Director: Jang Hoon
País: Corea del Sur
Año: 2011
Duración: 130 min. aprox.
Trailer

Género: Bélico / Años 50 - Guerra de Corea

Está bien sentirse herido.
Puedes llorar.


A causa de la individualidad el ser humano ha conseguido revolucionarse a través de cientos y cientos y cientos de años. Esa ambición fehaciente en cada quien, competitividad nata; la contradicción de la vida es que no podemos luchar solos como unidad, porque no existimos solos, somos un conjunto, una sociedad, un somos… y he ahí la complejidad de las cosas. La tremenda responsabilidad que cae en los líderes, representantes cuya decisión marca el futuro de cientos, miles, millones de personas. Pero estos líderes no son perfectos, como personas que son tienen ambiciones, sed y debilidades. Poder. Corrupción. Traición.  Ideales tergiversados. Decisiones, erróneas quizá... El doloso cause de la guerra.  

The Front Line es uno de los puntos de vista sur coreanos respecto a su guerra. No versa sobre el heroísmo bélico, porque honestamente tal no existe. En la guerra no hay héroes, sólo villanos y víctimas (puede que difieras conmigo aquí y pienses que tampoco villanos hay…). The Front Line nos habla de la angustia, del terror de la guerra. De lo trágica e irónica que es. Del compañerismo, la fraternidad, la resignación. De cómo la vida misma pierde su significado y todo se convierte en un mal sueño del cual no se puede despertar. Lo difícil, lo duro que es pelear cuando ni si quiera la razón se sabe y todo queda reducido a un ridículo ir y venir que termina absorbiendo la humanidad de todos. Del como la locura se adueña de unos, la crudeza de los tiempos y la indebida toma de decisiones son capaces de sumergir a cada cual en un infierno personal, un tormento que ni la morfina puede aliviar. 

En la actuación tenemos a un convincente Shin Ha-kyun ( “debutó” en la conmovedora Joint Security Area, la recomiendo muchísimo) interpretando a Eun-pyo, nuestro protagonista enviado al frente, exactamente en la línea divisora de las Coreas para indagar la posible existencia de un espía, a Go Soo quien hace de Soo-hyeok, queridísimo amigo de Eun-pyo que día a día se la vive junto a ese batallón dando su vida por una colina la cual ha cambiado de manos más de 30 veces. Ellos fueron separados al inicio de la guerra, creyéndose desaparecidos vuelven a encontrarse. Entre otros… un reparto sólido que si bien el guión arroja a algunos a cierto estereotipo se desenvuelve bien. La fotografía bella y una cámara dinámica, junto al guión (adaptación por el mismo autor de una novela homónima) hacen de esto un drama bélico que para nada enaltece a ningún bando. Humaniza tanto a norcoreanos como surcoreanos, y el poco más de 2hrs… se va volando. 


Escucho a lo lejos un fuerte cañonazo
Como una canción de cuna
Me lleva a casa en mis sueños
Mi hogar, mi dulce hogar...

¿Te interesa un poco esto de las Coreas (historia) y las veces que el cine lo ha tratado? Si no, puedes dar por concluida la reseña, y si sí te doy un resumen muy breve de ambas cosas: 

Las guerras… ¿Realmente son necesarias? ¿Qué tan validas son las justificaciones? Tal vez sólo sea una consecuencia de la vida a la que tarde o temprano como sociedades somos empujados. Destruirnos en el afán de expandirnos (en cualquier sentido) dejando una estela de terror que siempre nos perseguirá, y un ejemplo de ello es La Guerra de Corea. Y como estela tenemos a las causas de las de las cuasas de las causas… etc… de la Primera Guerra Mundial que entre otras cosas dejó el conflicto con el Imperio Alemán por el Tratado de Versalles y La Gran Depresión que dieron paso a la Segunda Guerra Mundial dentro de la cual entre más cosas tenemos el ansia expansionista del Imperio Japonés (protagonista de atrocidades de verdad enormes, desde antes estaba ya en guerra con la República China) hasta que se topó con E.U.A. (Pearl Harbor) condenándose a sí mismos (Las bombas atómicas) dando a lugar su obvia rendición… y es que además del bombardeo la URSS también le declaraba la guerra… ¡y!... comienza, si es que se puede decir así, el problema para Corea que de por sí ya estaba sumergida en la miseria por la ocupación japonesa de décadas (desde la alianza anglo-japonesa cuando intentaban frenar al Imperio Ruso, ¿Cómo cada rato cambian de bando todos verdad?). Por eso los coreanos recibían con gusto a sus vecinos (casi vecinos) soviéticos por el norte, y claro, a los estadounidenses por el sur.

A E.U.A. se le ocurrió resurgir el Paralelo 38 ¿Y luego? Finaliza la Segunda Guerra Mundial, El Eje pierde, los Aliados “ganan”, Corea se libera de los japoneses ¡pero! ¿Ahora quién está en su territorio? Desgraciadamente son dos amigos Aliados que se vuelven enemigos: la Unión Soviética y E.U.A… (bueno, “amigos”, sabemos desde que ambos estaban en la península ya existía esa tensión de uno por el otro sólo que estaban ocupados con otras cosas.) Y así es como sin querer queriendo ellos dividen a Corea, y es que el Paralelo 38 originalmente propuesto por unos japoneses y reivindicado por estos dos no sólo era la línea divisora entre dos naciones, dos fuerzas estratégicas bélicas sino también ideológicas. Nacen Corea del Norte y Corea del Sur, comunistas y capitalistas, soviéticos y estadounidenses, la Guerra Fría. Y… es la historia de cómo una nación se divide en dos, dos partes que pasan a ser los títeres, los perros, los gallos de pelea de dos naciones poderosas. La Guerra de Corea inicia en 1950, auspiciada por la URSS/China y EUA/ONU. No sé, a mí se me hace muy triste eso, si de por sí la guerra es triste más cuando la nación no pelea por su locura expansionista, por cambiar su gobierno o por defenderse, sino por aquellos dos bandos, coreanos matando coreanos porque alguien se los ordena y los más perjudicados y menos beneficiados son ellos mismos. 

Es un pasaje oscuro y doloroso. Tal vez por eso Corea del Sur tardó más de 40 años en llevarlo al cine y no fue hasta el 94 con Taebek sanmaek, un drama social y no bélico que nos relata los conflictos ideológicos de los habitantes de un pueblo, previos y posteriores a La Guerra, y la manera en que influye en sus vidas diarias. En cuanto a Corea del Norte… un país cuya represión no ha hecho más que menguar casi todo desarrollo deportivo y creativo. Sólo tiene un exponente acerca de La Guerra y se titula Wolmido, basado en La Batalla de Inchon representa la resistencia de los HEROICOS habitantes de la isla Wolmido ante el desembarque de cientos de buques de miles y miles de MISERABLES estadounidenses, como es de esperar, cine bélico que ensalza a los norcoreanos… Y de hecho así es la industria cinematográfica de Corea del Norte, nauseabunda. Tienen poquísimas películas que logran salir de su país, poco más de 10 debe ser (a través de tooooda la historia) y de eso van todas, de una u otra forma a glorificar a la dictadura, costumbres y belicismo norcoreano. Nunca creció, ni cuando tenían a un cinéfilo como ministro de cultura; un asco y una falacia la del político militar Kim Jong-il, ególatra “intelectual”, amante del cine norteamericano e “impulsor” del arte en su país. SI quieren pueden leer este artículo: Kim Jong-il y el cine.

¡En fin! Afortunadamente no es el caso de Corea del Sur y su gobierno demócrata capitalista ha impulsado el desarrollo económico beneficiando el área de las artes y tecnología. Es un país que se ubica entre los mayores productores de Cine y de Cine de gran calidad: animación, drama, terror,  ciencia ficción, etc., etc., dando magníficos directores como Kim Ki Duk, Park Chan Wook, Hong Sang-soo, Kim Ji-woon, Lee Chang-dong y otros más. 

A cerca de La Guerra hay ocho más,  The Front Line es una de ellas, la penúltima; dos documentales que no he visto y una serie que tampoco. Pero en sí todas apuntan hacia el mismo punto de vista, coreanos sufrientes (más curiosamente no victimizados), mensajes de fe, de amor, compañerismo. Mensajes de reprobación en todo sentido de la guerra. Por eso el belicismo coreano es tan honesto y tan grato de ver. Puedo mencionar A Little Pond del 2009, el terror y resignación de un pueblo al inicio de La Guerra y su evacuación. Welcome to Dongmakgol , una agridulce comedia, nos cuenta la llegada accidental de un puñado de soldados surcoreanos, norcoreanos y hasta un americano, a un pueblo aislado de La Guerra por su ubicación, ajeno a ella ni enterado está, y estos soldados tendrán que aprender a trabajar en equipo para mantener la inocencia en este lugar. Porque no todo es belicismo, dejando lugar a dramas como Taebek sanmaek o a la comedia antes citada y si bien no refiere directamente a La Guerra Coreana si habla de la problemática del Sur y Norte, de esa enemistada obligada: Joint Security Area  Y bueno, volviendo a lo bélico encontramos un par que extrañamente no he visto y son muy aclamadas y queridas por la crítica nacional e internacional: 71: Into the Fire (2010) y The Brotherhood of War (2004). 

¿Pero entonces… este aproximado de 10 – 15 películas es todo lo que hay de La Guerra de Corea?, para nada. ¿Quién es el mayor productor de cine? Claro, E.U.A., Estados Unidos ya hacia películas sobre esta Guerra cuando ni si quiera había terminado, un ejemplo es A bayoneta calada (1951), de ahí en adelante explotó el tema por 30 años (dando algo más de 30 películas), luego perdió el interés y en los últimos años se olvidó del tema (a excepción de una patética The Red Canvas (2009)). Además de esas dos sólo he visto Escuadrilla heroica (1954) y El paso de la muerte (1960), todas de contenido patriótico y repugnantes. Por eso no tengo el interés de ver más, aunque hay dos con “buenas críticas”: The Manchurian Candidate (1962) y M.A.S.H. (1970).


Sin más de momento, el enlace para Descargar The Front Line.

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