lunes, 21 de marzo de 2011

7:35 de la mañana


Director: Nacho Vigalondo
País: España
Año: 2003
Duración: 7 min. aprox.
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Simpático cortometraje de la mano y voz de Vigalondo, prolífico director que gusta de la hilaridad y la ficción, y que aunque a pesar de su bien conocida actitud desgarbada y espontaneidad no se le perdonó, recientemente, un “mal chiste” sobre el holocausto (escándalo que le hizo cerrar su blog).

Hace tiempo que ya tengo en mi lista su largo, Los cronocrímenes, una película de ciencia ficción. A ver si pronto me lo veo.

El corto en cuestión nos cuenta una extraña, particular y curiosa manera de declarar el amor, el interés por aquella chica que roba el sueño y atrapa la mirada y sin embargo, primero uno acaba aprendiéndose su rutina que animarse a buscar el primer contacto.

Un blanco y negro que a primera instancia proyecta una atmósfera surrealista/onírica, y posteriormente da paso a un sentido de divertida intriga. Una canción entonada por un carismático Vigalondo seguida de la coreografía que hace de esto un pegajoso musical, y un argumento simple, absurdo e inteligente atado a su tajante lógica, porque no hay que olvidar que las mejores cosas de la vida hay que dejar que empiecen y dejar que acaben.

Les pongo abajo la letra pero antes de leerla hay que ver el corto.





Anoche no dormía hasta entrada la madrugada
y tengo por delante diez horas de oficina,
entonces qué demonios provoca esta sonrisa
a las 7 y 35 de la mañana.

Será el cafe,
será la tostada,
será la mantequilla
o será la mermelada.

El periódico quizás,
quizás sea el crucigrama,
el susurro de la radio,
el chin-chin de las cucharas.

Serán esos clientes
buscando el calor de alguna taza caliente,
de alguna conversación.
Mientras la luna y las estrellas,
las farolas pobres de ellas
dan paso a regañadientes a la luz del sol.

Quizás sea esa chica
que entra sin demora,
pide un café doble y una ensaimada,
y se lo toma en silencio en esa mesa apartada,
siempre con prisa y sola,
siempre a la misma hora.

A las 7 35 de la mañana,
a las 7 35 de la mañana.

La chica es mona,
eso está claro.
Pero ella y tú nunca habéis cruzado una palabra.
No sabes donde vive
ni como se llama
Dónde tienes el motivo
para estar tan fascinado.

Quizás sean sus ojeras de recién levantada,
su forma tan curiosa de sujetar la taza,
o ese gesto pensativo al mirar por la ventana,
tantas cosas,
yo qué sé,
es por todo
y no es por nada.

A las 7 35 de la mañana,
a las 7 35 de la mañana.

Por qué no te acercas y le hablas.
No sabes quién es no pierdes nada.
Tienes miedo de ofenderla
o de enfadarla.
Parecer un loco y asustarla.

No es eso lo que pasa
es que no pido más
diez minutos de ella al día
me valen.

No hay que olvidar
que las mejores cosas de la vida
hay que dejar que empiecen
y dejar que acaben.

A las 7:35 de la mañana
a las 7:35 de la mañana

Ahora entiendo todo
pero tienes que pensar
que después de haber montado
todo este tinglado
después de todo esto
ya no hay vuelta atrás
dile algo a la chica
no nos dejes sin cuidado.

Decirle
Hola, qué hay
qué tal estás
cómo te llamas
estaría muy bien.

Pero como las mejores cosas de la vida
esta canción empieza
y esta canción termina.

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